La estrategia en pymes, autónomos y emprendedores

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Estrategia, es un concepto que para un gran número de pymes, autónomos y emprendedores suele estar asociado con grandes estructuras empresariales, con una multitud de recursos.

Debido a esta percepción errónea, en buena parte de los casos, la planificación estratégica se omite por completo y se prescinde de una herramienta fundamental para la supervivencia y el éxito del negocio.

Términos terrenales.

Cuando comenzamos cualquier actividad económica, por pequeña que sea, es importante meditar para qué realizamos esa actividad.

Dónde queremos llegar con ella, qué objetivos perseguimos, cómo nos gustaría que fuera en el futuro, en definitiva, qué fin perseguimos realizando esa actividad.

Sea cual sea ese fin, la estrategia es lo que planificamos que vamos a realizar con los recursos presentes y futuros para llegar donde queremos.

Si nos paramos a pensar, parece que no es algo tan sumamente elevado como para que no nos detengamos a meditar sobre ello.

¿Cuáles son los motivos por los que tantas pymes, autónomos y emprendedores, gestionan sus negocios olvidándose de este aspecto?

Son básicamente los siguientes:

  • La consideración descrita al inicio, por la falsa creencia de que es para grandes empresas.
  • La falta de tiempo.
  • La focalización en el día y día, dejando de lado el tiempo para planificar y analizar.
  • La percepción de falta de medios y de complejidad que puede conllevar.

¿Cómo rebatir estos argumentos?

Para vencer estos cuatro argumentos, vamos a emplear otros cuatro, que de un modo objetivo y realista clarifique la relevancia de usar correctamente esta herramienta:

1º Fijar hacia dónde queremos ir y establecer el modo en que vamos a recorrer ese camino. Esto hará que todo el negocio se enfoque a la consecución de nuestros objetivos.

Un proverbio dice ¿Qué sentido tiene correr si no estás en el buen camino?  

Parece que esto no sólo es interesante para grandes empresas…

2º El tiempo es limitado no disponemos de todo el que nos gustaría. Será cuestión de asignarle otro orden de prioridades a la estrategia, si es algo tan sumamente relevante, busquemos un hueco para dedicárselo.

 El día a día es muy importante, pero si no, tenemos la capacidad de tomar algo de altura para tener una visión global de lo que hacemos, que nos permita ver con cierta perspectiva nuestro negocio y analizarlo para estudiar cómo podemos hacerlo mejor y obtener aquello que un día determinamos que era nuestro objetivo.

 Para realizar una estrategia no necesito disponer de un amplio equipo ni de un tiempo infinito, sólo establecer y seguir unas pautas que se adapten a nuestra actividad y aplicarlas de forma continua.

Si lo que has leído hasta este punto te ha hecho pensar que definir una buena estrategia puede ser adecuado para tu negocio, vamos a tratar de establecer unas pautas para que la gestión del mismo mejore aplicando algunos principios de la planificación estratégica.

En primer lugar, vuelve a pensar sobre los objetivos que tienes desarrollando tu actividad económica.

Sé objetivo y realista, y busca objetivos directamente relacionados con el negocio que desarrollas, ten ambición con ellos, pero no hasta el punto de que un exceso de la misma los haga inalcanzables.

Piensa con calma, medita y una vez los tengas establecidos, el siguiente paso, lógicamente será: ¿Cómo los voy a conseguir?

¿Qué estrategia voy a aplicar?

La planificación estratégica es una especie de pirámide, en la que en la parte más alta se encuentran esos objetivos máximos que hemos determinado, y a medida que vamos descendiendo, encontramos ese camino que nos va a guiar hasta ellos.

Ese camino estará compuesto por otra serie de objetivos por debajo de los máximos, que van a suponer distintos peldaños hasta su consecución.

Para ilustrar mejor la situación, ponemos un ejemplo práctico, vamos a desarrollar un negocio de hostelería consistente en el suministro de comida japonesa a domicilio.

Tras pensar largo y tendido el objetivo final de este negocio, establecemos que será crear la oferta de mayor calidad en comida japonesa a domicilio, pues bien, la estrategia va a consistir en qué vamos a hacer para llegar a ese punto, por lo que fijamos una línea de objetivos por debajo de nuestro fin, en este caso podrían ser:

  • Comida de máxima calidad.
  • Sabor exquisito y buena presentación.
  • Servicio atento y entrega puntual.

Hasta este punto, habríamos realizado una definición de hacia dónde queremos ir y establecido una primera línea de objetivos.

Cada uno de estos tres, a su vez, deberá venir fijado por otros objetivos y tácticas por debajo de ellos que permitan su consecución.

Así, por ejemplo, para lograr el de comida de máxima calidad, se pautará; que la materia prima sea fresca, que no permanezca en stock más de dos días y que venga suministrada sólo por proveedores de máximo prestigio.

Realizando esto con cada una de las líneas nos llevará a establecer el camino a recorrer desde abajo, para llegar a lo más alto.

Realizar este trabajo y no hacer seguimiento periódico, es absolutamente inservible, por lo que es de obligada aplicación que, al menos una vez al mes, analicemos el cumplimiento de lo que hemos establecido.

La necesidad de la métrica

Estableciendo métricas o mediciones que permitan determinar el grado de cumplimiento de lo que nos hemos marcado, resulta vital.

Siguiendo con el ejemplo, podríamos analizar el número medio de días que el producto permanece en nuestras instalaciones, el nivel de puntualidad, la satisfacción del cliente , si el cliente repite en meses siguientes…

En definitiva, mediciones directamente relacionadas con los pasos a seguir para alcanzar el objetivo más alto. Es ahí donde podremos analizar si seguimos o no el camino que hemos dibujado.

Es una fuente continua de información que nos permitirá evaluar casi en tiempo real la dirección que va tomando la actividad.

Sólo de este modo podremos corregir el rumbo, si este es distinto al que entendemos que debe llevar.

Un último apunte, es imprescindible que todos los objetivos básicos de nuestro negocio apunten a la consecución del máximo.

Por ejemplo, en el caso que analizamos, no tendría sentido que uno de los objetivos financieros fuera el mínimo coste en las compras, cuando lo que estamos persiguiendo es un producto de máxima calidad.

Debe existir coherencia entre todos los objetivos y un claro alineamiento con el objetivo final o máximo.

Pasos básicos

Para finalizar hacemos un breve resumen de los pasos básicos en el establecimiento y seguimiento de estrategias.

1º Meditar el objetivo final de nuestro negocio, y escribirlo.

2º Establecer los distintos pasos mediante objetivos y tácticas que nos lleven al objetivo final. Escribirlos.

3º Fijar métricas que nos permitan evaluar de forma periódica y puntual el grado de consecución.

 Analizar los resultados de esas métricas y tomar decisiones.

La ayuda de expertos independientes en el desarrollo de la estrategia puede ser un apoyo importante.

Recuerda que delegar no consiste en abandonar a un tercero determinadas actividades. La implicación de los promotores de la actividad es imprescindible.

Manuel López Martínez

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