La sabiduría de la furia
Tengo una amiga actriz de unos setenta y tantos años, sumamente inteligente, fantástica, con una enorme inteligencia emocional. Unos días antes de Navidad fue a una oficina postal. Estaba llena de gente como suele pasar en esa época del año, y mientras completaba unos formularios muy concentrada en su tarea,